<<escrito realizado como reporte de lectura o tarea de la clase de AXIOLOGÍA, 10o SEMESTRE (2009)>>
El texto de Alfred Stern, inicia con un comentario/crítica en torno a los valores que tienen los historiadores, apuntando que acontecimientos tales como la aparición de Hitler que en si mismo aunque carece de valor moral positivo si incide en la referencia de un valor positivo para la actividad historiográfica, para ello el autor cita a Heinrich Rickert quien estudia el objeto histórico y el valor del mismo (p. 136 – 137), aunque en principio Rickert se demarca ante un individualismo metodológico que nosotros interpretamos como autonomía entre las ciencias históricas y las ciencias naturales, se cita al historiador ya clásico Suizo J. Burkhardt, quien en clara referencia crítica antes las posición antes mencionada por Rickert, al contrario menciona la alta importancia que tienen las generalizaciones en la historia, sobre todo en hechos o acontecimientos que se repiten, lo cual extiende no solo a la historiografía sino que va hacia el hecho de encontrarse en la misma situación respecto de las ciencias naturales (p. 139) ya en esta página se relata la importancia de determinar qué debe ser lo esencial en cuanto a la selección de lo histórico, es decir, la relación existente en torno a la relación entre el reino de los valores y entre la historiografía, ya en las siguientes dos páginas se da esta interpretación entorno a lo que es importante para el historiador ya como científico y lo propiamente importante en palabras de Rickert que es lo constitutivo para la cultura en general, por lo que de aquí se desprende el valor de los objetos culturales, al mismo tiempo que subraya carácter objetivo de la historiografía, debemos de tomar en cuenta el comentario del propio Stern en torno a esto último sobre todo en cuanto se hace referencia a cierto relativismo histórico ya que según Stern, no se ve con claridad a quien se refiere cuando dice “todos” en un sentido para determinar a la comunidad cultural, no queda claro si se refiere a una comunidad particular anclada en la época de Rickert o más bien a la comunidad europea de determinado siglo en particular el del XX, o se refiere a la comunidad occidental. (pp. 140 – 141), a continuación Stern refiere otro punto en torno a las posturas axiológicas de Rickert, y es respecto de la sutil distinción entre “valoraciones prácticas” y “referencia teórica a valores”, las siguientes dos páginas abordan la cuestión iniciando la comparación entre posturas que antes sostuvieron tanto B. Croce como Max Weber en sus exposiciones metodológicas, se va pues exponiendo esto con varios símiles por ejemplo en torno al Islam (pp. 142 – 143), posterior a esto, se ponen a consideración los objetivos alcanzados por el investigador Mandelbaum, con respecto a la indeterminación del concepto dado en algunas tesis de Kant y de Hume, en torno a la naturaleza respecto del papel que juega la mente, restándole o minimizándole los aportes dados por el criticismo en palabras de Stern, pero a nosotros nos puede resultar interesante esta forma de abordar la cuestión, AQUÍ NUESTRAS PALABRA Y COMENTARIOS EN TORNO A ESTO, ya que si bien Mendelbaum estableció previamente el precedente de que la Naturaleza, no puede preverse ni pensarse en términos propiamente lógicos estamos en total acuerdo ante esta criba del criticismo aunque a ciencia cierta desconocemos cual es el fundamento de Mendelbaum, sin embargo a modo de suposición y por lo tanto sujeta de revisión, si Mendelbaum se refiere a la imposibilidad de anteceder a los acontecimientos históricos debido a una fuerza más allá de la razón y de la mente humana, y por lo tanto de establecerle nexos lógicos con nexos históricos, más bien nuestra postura es complementaria de Mendelbaum y suplementaria de la de los criticisistas ya que ¿cómo vamos a poder determinar cuál es el fundamento último de la Naturaleza entendiendo por Naturaleza un conjunto de leyes internas que gobiernan al mundo fuera de toda lógica humana, y en todo caso las inferencias que se hacen en torno de la Naturaleza han sido, son y serán solo superficiales, porque la ciencia no abriga la posibilidad de una metafísica o explicación ontológica de la Naturaleza, sino que determina su objeto de estudio en torno a una parte minúscula propia y característica determinada por las propias reglas del método científico, lo otro es decir la investigación de la generalidad y de la ontología de la Naturaleza, tal vez sea imposible (pp. 144 - 145), luego nos encontramos ante la discusión de toda la cuestión metodológica y selectiva en torno a la historiografía, se pone de manifiesto citado por Stern, el que N. Hartmann ha mostrado cierta reacción respecto de los aspectos categoriales desde donde se propone la investigación metodológicamente hablando, rechazando así todas las interpretaciones categoriales monísticas de la historia, y propuso un esquema categorial pluralista (pp. 146 – 147), en las siguientes dos páginas se muestra lo que anteriormente Stern ya había mencionado solo de manera general, el ejemplo de B. Croce y de Max Weber en torno a sus posturas metodológicas y axiológicas aquí se cita a ambos autores y se comenta dichos posicionamientos (pp. 148 – 149), para así arribar a ciertas conclusiones que Stern va infiriendo a partir de todo lo antes mencionado, llegando a cuatro puntos centrales para determinar el quehacer histórico, en referencia a lo axiológico, esto si lo voy a citar textualmente: “1.- La historia como realidad se origina en un perpetuo deseo de salir de un presente que se considera imperfecto y encaminarse hacia un futuro imaginado como más perfecto. Esta oposición entre valores negativos reales y valores positivos imaginados y afirmados por grupos es el elemento vital de la historia como realidad. 2.- Los valores entran en la definición misma de los objetos históricos. Solo por su relación con el valor directivo de un proyecto historiográfico determinado se distingue un objeto histórico de cualquier otro objeto real pero históricamente indiferente.3.- Hay una multiplicidad de códigos de valores que determinan el carácter esencial o inesencial de los acontecimientos históricos. Cada uno de estos códigos de valores debe su carácter específico a un proyecto historiográfico determinado, el cual también se pone de manifiesto en la elección de las categorías históricas específicas y en la selección de los sucesos apropiados.4.- La elección de un proyecto historiográfico y de las categorías correspondientes es la expresión de una elección original de ciertos valores básicos, la que, a su vez, está condicionada desde un punto de vista histórico, social, cultural y existencial.” (p. 153) Para concluir este breve comentario, decimos que es una tarea bastante difícil llegar a la objetividad y debemos de considerar la subjetividad primero no tanto para superarla definitivamente cual fuera el ideal de todo investigador, pero pudiera ser más honesto decir a manera de prólogo de cualquier investigador, en torno a cuales escuela, o posturas nos inclinamos, sean cual fueran, el hecho mismo de decirlas explícitamente, anteceden a la investigación y ya tenemos más allá de un prejuicio, que nos podamos formar es un antecedente metodológico y ello ya es en sí mismo un valor, ahora bien si dicha postura puesta antes de la investigación como antecedente, resulta ser que de acuerdo a lo determinado investigador va realizando en su obra, y difiere parcial o radicalmente del antecedente, nos encontramos entonces ante un nuevo paradigma dentro de las propias posturas antes dichas, particularmente a mi me ha tocado ver, este tipo de cosas en varios libros donde se pone de manifiesto el antecedente del investigador y al momento de ir leyendo la obra resulta ser otra cosa, por todo ello es necesario siempre evitar prejuicios con todo y que alguien se autopostule con tal o cual, ropaje metodológico, si para el investigador es necesario evitarse prejuicios y esto ya es un valor, para el lector-investigador sea hace doblemente necesario ya que sin eso, estamos ante un relativismo axiológico.
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